Cuide bien sus mandarinas

Feb 22, 2011

mandarinas

Las mandarinas pueden parecer pequeñas naranjas, pero los científicos creen que sus cualidades distintas exigen un trato especial para mantenerlas frescas, jugosas y con su sabor intenso.

“Pensamos que el sabor de las mandarinas disminuye mucho más rápidamente que las naranjas”, dijo Sue Collin (a la derecha) investigadora adjunta de la Universidad de California en Riverside y quien labora en el Centro Kearney de Investigación y Extensión de la UC en Parlier.

La manera en que las naranjas se envían a los supermercados o se colocan en la mesa de la cocina o mostrador pueden causar problemas para las mandarinas más delicadas. Y cuando las mandarinas realizan una travesía de seis semanas para llegar a los países de la costa del Pacífico, ¿encontrarán aceptable la fruta los consumidores asiáticos?

Con el propósito de proveer a los agricultores, exportadores y minoristas información precisa sobre el impacto que tienen las diferentes temperaturas de almacenaje en la calidad de la fruta, Collin está trabajando con Mary Lu Arpaia, horticultora de cultivos subtropicales de UC Riverside, y Dave Obenland, fisiólogo de plantas de USDA para entender los cambios en las mandarinas conservadas a diferentes temperaturas, y a diferentes niveles de humedad, por diferentes lapsos de tiempo.

“Un supermercado pueden conservar la fruta a temperatura ambiente, 68 grados o incluso más cálida”, dijo Collin. “Estamos comparando frutas que han sido almacenadas a temperaturas muy controladas, en el rango de los 40, 50 y 60 grados Fahrenheit.

Cuando se trata de entender la aceptación de la fruta fresca, nada puede igualar al paladar humano.

Collin recluta a personal que labora en Kearney para que tomen un descanso de sus labores y  vayan al laboratorio levantado en la estación de investigación agrícola específicamente para realizar pruebas sensoriales. El laboratorio de 1,100 pies cuadrados tiene pintura blanca neutral e iluminación de amplio espectro. El sistema de ventilación fue diseñado para minimizar olores que puedan distraer. Adentro, hay seis cabinas de degustación, cada una con una ventana pequeña que se abre hacia la cocina, donde se preparan las muestras a probar.

“Llevamos a cabo bastantes pruebas de degustación para ver si nuestros voluntarios pueden distinguir las diferencias en la fruta almacenada a distintas temperaturas”, dijo Collin.

Además de las pruebas de degustación, Obeland estudia la composición química de la fruta para averiguar si los valores objetivos numéricos tienen correlación con los hallazgos más subjetivos de los catadores humanos.

A pesar de que la temperatura óptima de almacenamiento sigue bajo investigación, Collin sugiere a los consumidores mantener sus mandarinas en el refrigerador para mejores resultados.

“Creo que el sabor de la fruta se conserva mejor y la fruta dura más tiempo en el refrigerador”, dijo Collin.

Preparado por Jeannette E. Warnert
Adaptado al español por Norma De la Vega


By Norma De la Vega
Author - Broadcast Communications Specialist III